El primer año que me fui a estudiar fuera de casa había algo que hacía que se me saltasen las lágrimas de nostalgia, este algo era el olor a tortilla de patatas, el plato estrella de mi padre.
Alguien descubrió, me gusta pensar que porque pasó por una situación parecida a la mía, que había un nicho en el mercado de la comida precocinada, y por eso ahora los supermercados se empiezan a llenar con tortillas de patatas precocinadas. Tortilla con cebolla, sin cebolla y hasta con espinacas. Esta idea añade un elemento más a la típica triada culinaria del piso de estudiantes: pasta, arroz y pizza.
Pero, en mi larga vida como estudiante he de decir que jamás encontré ningún alimento precocinado que supiese mejor que el que haces tú, en tu casa, con el mandil puesto y la música inundando la cocina y con todo el cariño, y… ¡Tampoco se tarda tanto en hacer una tortilla de patatas!
INGREDIENTES PARA TORTILLA DE PATATAS
Para 4 personas:
6 huevos
3 patatas
1 cebolla pequeña
2 vasos de aceite de oliva
Sal
ELABORACIÓN
Pela y pica la cebolla en dados medianos.
Pela las patatas, cortándolas por la mitad a lo largo y después cada trozo en medias lunas finas de ½ centímetro.
Introduce en la sartén, cuando esté el aceite bien caliente, después de un rato baja el fuego y fríe a fuego suave 25 minutos. Saca las patatas de la sartén.
En un bol bate los huevos y añade las patatas y la sal. Mezcla bien.
Coloca la sartén en el fuego, agrega un chorrito de aceite y la mezcla.
Remueve un poco con una cuchara de madera y espera (20 segundos) a que empiece a cuajarse. Separa los bordes, cubre la sartén con un plato de mayor diámetro que la sartén y dale la vuelta. Échala de nuevo para que cuaje por el otro lado.