¿Cuál es realmente la segunda pantalla?

¿Cuál es realmente la segunda pantalla?

Seguro que todos los que formáis parte de este “mundillo” habréis oído hablar del término “segunda pantalla”, pero creo que merece la pena aclararlo porque, al igual que la web 2.0, hace más referencia a la forma en que usamos la tecnología que a la propia tecnología en sí: de hecho, es el nombre que reciben las tabletas, teléfonos inteligentes o portátiles (y dentro de poco los smartwatches y otros wereables) cuando los usamos para comentar en redes sociales, consultar información adicional o disfrutar de contenidos interactivos sobre lo que estamos viendo en ese mismo momento en televisión.

Normalmente este uso de la segunda pantalla está muy ligado a cuatro géneros televisivos principalmente: reality shows, retransmisiones deportivas, programas de entretenimiento y ficción (mayoritariamente en formato serie). Además, casi toda la conversación suele estar estructurada en torno a uno o varios #hashtags (surgidos espontáneamente o creados por la cadena que difunde los contenidos) que permiten a los usuarios incorporarse en cualquier momento al “debate” en redes sociales y que llegan a convertirse en trending topic en muchas ocasiones.

Como suele suceder en este sector, son los usuarios los que comienzan a usar motu proprio esta segunda pantalla y posteriormente las cadenas y agencias se han incorporado a la conversación. Las primeras desarrollando toda una estrategia de contenidos transmedia que permita extender la experiencia del usuario (y su tiempo de exposición a la publicidad) más allá de la emisión del programa y las segundas, intentando (con mayor o menor éxito) hackear esos hashtags para introducirse en las conversaciones y proyectar a las marcas más allá de la comunidad creada en totrno a ellas (ganando así en posicionamiento, alcance y captación de nuevos seguidores). Sea como sea, el caso es que la aparición de esta segunda pantalla ha supuesto una enorme transformación en la mentalidad de los programadores de televisión y vamos a ver a continuación algunos ejemplos:

  • Para el lanzamiento del esperadísimo capítulo final de la serie Breaking Bad, la distribuidora de contenidos Netflix desarrolló la aplicación Spoiler Foiler, diseñada para Twitter, que se dedicaba a tachar en negro cualquier palabra que pudiese reventar el final de la serie a sus más de 6 millones de seguidores, que alcanzan picos de hasta 521.000 tweets por capítulo.
  • Si el anterior ejemplo te parece poco relevante, fijémonos en el caso de la serie Cómo conocí a vuestra madre, donde los resposables de su emisión decidieron no tener en cuenta el factor social en su campaña de comunicación y crearon uno de los mayores spoilers colectivos de los últimos tiempos a través de su pagina oficial en Facebook consiguiendo enfurecer a miles de usuarios que se enteraron del secreto mejor guardado de la serie antes de que el último capítulo se emitiese en sus respectivos países.
  • Respecto al uso de hashtags televisivos por parte de las marcas, podemos destacar el trabajo que realiza la marca Desperados desde su perfil de Twitter, identificando los hashtags que emplean programas acordes a su target principal (jóvenes de 18 a 25 años) u ocasiones especiales, como el revuelo organizado por la tapa #leoncomegambas en el programa Máster Chef, para preparar contenidos acorde al tono de dichos programas… lo que les permite introducirse de forma no intrusiva en la conversación y mejorar el engagement con su público objetivo.

Llegados a este punto, cabría reflexionar sobre cómo el reinado de la televisión parece estar llegando a su fin y cómo es muchas veces más interesante y enriquecedor lo que sucede en la segunda pantalla que lo que nos ofrece la propia cadena. Así que, parafraseando la historia del huevo y la gallina, ha llegado el momento de preguntarle a los lectores del post: ¿cuál creeéis que es realmente la segunda pantalla, la de la televisión o la de vuestro dispositivo móvil? ¿A cuál estaríais dispuestos a renunciar si sólo pudiéseis tener una?

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