Los elementos con los que trabajamos como diseñadores gráficos son visuales. Por eso, es importantísimo tener claro de qué forma interpretamos la información que recibimos a través de los ojos. Nuestro objetivo, al final, es que el consumidor reciba e interprete el mensaje que queremos transmitir con facilidad y sin ambigüedades a través del diseño gráfico. Por eso, desde Sr. Potato, agencia de marketing integral, te daremos algún que otro consejito para aprovechar la percepción visual.
Para ayudarnos a entender cómo se perciben los elementos que incorporamos en nuestros proyectos, podemos recurrir a la psicología. No te preocupes, no es un nuevo requisito en las ofertas de trabajo. Hablamos de la Teoría de la Gestalt.
A principios del siglo XX en Alemania, un grupo de psicólogos estableció una serie de principios sobre la forma en que percibimos nuestro entorno. A grandes rasgos, defendían que no procesamos elementos aislados, sino que nuestro cerebro recoge la información como conjuntos más complejos. Y a su vez, estos conjuntos funcionan siguiendo unos patrones concretos, que denominaron principios o leyes de la Gestalt.
¿Qué tiene que ver la percepción visual con el diseño gráfico?
Utilizando estos principios básicos en diseño gráfico, podemos obtener resultados más agradables visualmente, más coherentes y que se entiendan mucho mejor. Te explicamos algunos de los más importantes a continuación:
- Similitud. Agrupamos elementos que se parecen entre ellos. También funciona a la inversa, los elementos que consideramos diferentes destacan por encima de otros que se parecen entre sí.
En el caso del logo de la cadena NBC, por ejemplo, interpretamos las seis “plumas” de la cola como una unidad completa porque tienen la misma forma.
Y al revés, determinados botones de acción en páginas web suelen tener colores distintos a la paleta utilizada en el resto de la página para llamar la atención sobre ellos y facilitar la navegación.
- Proximidad. Entendemos los elementos que se encuentran próximos entre sí como un conjunto.
Si examinamos el logo de Unilever, la letra U que percibimos no existe realmente. Sin embargo, nuestro cerebro recrea esa forma a partir de las diferentes imágenes de su “interior”, ya que las identifica como un mismo elemento.
- Continuidad. El cerebro percibe mejor las líneas fluidas que las quebradas. Por eso, interpreta como un objeto único un patrón continuo de elementos.
Aunque en realidad el icono del logo de Reebok se encuentra formado por cuatro formas distintas, percibimos dos elementos: un triángulo curvado hacia la derecha, y otro encima que apunta hacia abajo a la derecha. De hecho, aunque seamos conscientes de ello, es muy difícil dejar de percibir el triángulo posterior como una unidad.
- Cierre. Nuestro cerebro “rellena” los huecos que faltan en una imagen, percibiendo una forma cerrada aunque no exista.
El logo de Adobe es un muy buen ejemplo de este principio. El espacio negativo que forman los elementos rojos “crea” una letra A, sin necesidad de tener un borde que la delimite por completo.
- Figura/Fondo. Procesamos cualquier imagen como una unión de figura (el elemento principal) y fondo (el soporte).
Es el caso del logo del zoo de Pittsburgh. A primera vista está formado únicamente por un árbol (la figura) sobre fondo blanco (el fondo). Pero al prestar atención, nos damos cuenta de que los huecos que deja la imagen crean dos nuevas figuras, un gorila y una leona, dejando como fondo el árbol en negro.
Estos principios no se aplican de forma aislada, sino que puedes identificar cómo varios de ellos se superponen en algunos de los ejemplos que hemos puesto. Aunque puede parecer muy complejo, nuestro cerebro está especialmente diseñado para percibir patrones. De hecho, aplica diariamente todos estos principios sin que lo notemos. Ahora que los conoces, en Sr. Potato estamos seguro de que tu percepción visual se incrementará y empezarás a encontrar ejemplos por todas partes y a ser mucho más consciente de ellos cada vez que los pongas en práctica.
