Como suele sucederme en casos como este, el viernes pasado me enteré de lo que había ocurrido en París de refilón, porque vi una publicación en el muro de Facebook de una amiga un mensaje de condolencia con las víctimas… esta chica es una “gurusinda” del 2.0 que siempre anda publicando profundas reflexiones sobre lo increíble que es ella, lo poco sofisticados que somos los demás en comparación y otras zarandajas, pero esta vez su tono era diferente y eso me hizo sospechar que algo pasaba. Por eso, puse la televisión e hice zapping esperando encontrar algún avance informativo, pero me encontré lo de siempre, estridentes programas de bailes y canciones imitando a famosos, las enésimas reposiciones de películas que hace años que dejaron de ser clásicos y los típicos programas donde algunos supuestos periodistas se dedican a airear sus trapos sucios y, de paso, los de sus compañeros de plató.
Despuésde la infructuosa batida televisiva, decidí investigar en Internet y en seguida dí con las primeras noticias sobre la masacre. Comprobé que #París era trending topic en Twitter e incluso pude leer en directo los tweets de algunas de las víctimas, especialmente aquellos que seguían encerrados en la ya tristemente famosa sala Bataclán. “Desde luego, la tele ha muerto como medio informativo” pensé en esos momentos, aunque luego he podido comprobar que sigue teniendo su funcionalidad al margen de haber sido desplazada como medio de información para la actualidad: si miras la tele estos días, verás un montón de reportajes con secuencias de acción casi cinematográficas, trufadas con algunos testimononios estremecedores y alguna historia de esas que apelan a los sentimientos… vamos, que han convertido lo sucedido en una especie de culebrón interminable donde nos van repitiendo las mismas imágenes y datos una y otra vez, aderezados de vez en cuando con alguna pequeña novedad.
¿Y qué pasa con las redes sociales? Cuando sucedieron los atentados del 11 de septiembre de 2001 el atentado del World Trade Center en Nueva York, todo esto del Social Media estaba en pañales, pero lo sucedido ahora en París se encuentra con un panorama completamente distinto donde la penetración de las redes sociales alcanza a un porcentaje muy amplio de la población (en España el porcentaje de población con presencia en diferentes canales sociales es del 47%, lo que supone un total de 22 millones de usuarios), donde las empresas y los propios usuarios han aprendido a conocer y manejar el lenguaje específico de los diferentes canales y contamos con sofisticadísimas herramientas y metodologías que nos permiten monitorizar y analizar todas las conversaciones, corrientes y tendencias que se desarrollan en los diferentes espacios digitales de conversación e intercambio de ideas. Además, todo esto ocurre en un contexto donde los propios grupos terroristas son expertos en el uso de redes sociales y estas se han convertido en una suerte de campo de batalla propagandístico. A continuación, vamos a destacar algunos ejemplos de lo que hemos podido ver en redes sociales estos días:
- Twitter salva vidas: durante los momentos de pánico y caos vividos durante los atentados, con un número desconocido de terroristas pululando por las calles de París y las fuerzas del orden desbordadas, muchos uusarios usaron hashtags en Twitter como #PorteOuverte (puerta abierta) para indicar a otros usuarios de la zona que podían darles refugio o compartir información sobre las embajadas y otros puntos seguros. El hashtag #ParisAttacks permitía seguir al minuto las últimas noticias relacionadas con los atentados, mientras que #Prayers4Paris agrupaba todos los mensajes de condolencia, de apoyo y de indignación provocados por la masacre perpetrada por los terroristas islamistas.
- Facebook solidario: demostró su preocupación por sus usuarios y su capacidad de reacción al habilitar una aplicación a la que se accedía a través de la etiqueta “Paris Terror Attacks” y que te permitía de forma automática notificar a todos tus amigos/contactos (seamos realistas, es imposible que nadie tenga 5000 amigos reales en Facebook) que estabas sano y salvo, aliviando la ansiedad de amigos y familiares y evitando de paso crear falsos rumores y malentendidos como el del español dado erróneamente por muerto por las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación.
- Oportunismo 2.0: aquí me gustaría destacar la polémica organizada en torno al presentador y periodista español Carlos Herrera y su selfie en la zona de los atentados. Quiero suponer que su intención era buena, pero el efecto conseguido ha sido justo el contrario y ha generado toda una ola de memes que se cebaban en la figura del presentador y su supuesto oportunismo al aprovechar la masacre y el dolor de las víctimas para potenciar su presencia en redes sociales.
Es de noche en París. Frente a la sala Bataclán. Amanecerá. Siempre vuelve a amanecer pic.twitter.com/pJqGru6OIX
— carlos herrera (@carlosherreracr) November 16, 2015
Y, por supuesto, las indignadas (y en algunos casos geniales) respuestas de los usuarios, que llegaron a convertir al presentador español en uno de los memes del momento:
-¿Que por qué estoy en eDarling? Carlos Herrera. pic.twitter.com/jucAVwC4A4
— Pollina de la Mugre (@PollinaMugre) November 16, 2015
pic.twitter.com/dfvlrGd0dq — España Bizarra (@espanabizarra) November 16, 2015
- Redes sociales contra la barbarie: sucumbir al miedo es dar la vitoria a los terroristas, por lo que la sociedad francesa ha mostrado su madurez a través de varias iniciativas promovidas mediante redes sociales con el objetivo de demostrar que no tiene miedo y que está dispuesta a seguir adelante, con hashtags como #Tousaubistrot para invitar a los parisinos a volver a salir a disfrutar de bares y terrazas como desafío a quienes perpetraron la matanza y para compensar a los dueños de los establecimientos hoteleros por las pérdidas sufridas en estos días, #SprayforParis que permite ver en Instagram todos los graffitis y pintadas de repulsa por los atentandos y apoyo a las víctimas, así como la iniciativa #MonPlusBeauSouvenirDuBataclan (mi recuerdo más bello de Bataclan) propuesta por el periodista radiofónico Jerome Kerio para que los habituales de la sala de conciertos parisina (artistas y clientes) compartan buenos momentos que ayuden a borrar el olor de la sangre y el recuerdo de la tragedia.
Este es un botón de muestra y refleja cómo viví los hechos de París a través de mis redes sociales… ¿cómo los viviste tú?