Foster The People fue un grupo que apareció allá por 2011 y que nadie sabía muy bien de dónde había salido. Con la salida de su single Pumped Up Kicks, todo el mundo bailó como loco y de pronto se convirtieron en una banda que se encontraba en todos lados, festivales, radiofórmulas… Más tarde, con la llegada de su segundo disco, ‘Supermodel‘ se consolidaron como un grupo puntero de primera línea pero, ¿cómo dieron con la fórmula del éxito?
Bueno, lo que mucha gente no sabe acerca de Mark Foster, fundador de la banda, es que antes de dedicarte por completo a su grupo era compositor de jingles publicitarios. Al fin y al cabo, la música en la publicidad es uno de los elementos más importantes a la hora de mandar un mensaje al usuario y meter nuestra marca en la cabeza, como queda muy bien representado en la película Inside Out y su «triple dental».
La música en la publicidad y sus canciones todo el día en la cabeza
Y es que estamos seguros de que (no solo una vez, sino varias) habéis escuchado un comercial y de repente se ha quedado en vuestra cabeza día sí y día también, os ha acosado a la hora de dormir y ha llegado a vuestra cabeza a la hora de resolver la ecuación más importante de todo el examen de matemáticas. Finalmente, se acomodará en tu cabeza y tarde temprano la terminarás cantando, pasándosela a un amigo, un compañero de curro o incluso a cualquier desconocido que te cruces por la calle. Casi podríamos decir que con la música en la publicidad y los jingles publicitarios pegadizos estaríamos asistiendo al germen de lo que hoy denominamos marketing viral.
El último ejemplo perfecto de jingle publicitario que se mete en tu cabeza y no deja de darte la tabarra cual vecino pesado que se pone a taladrar todos los domingos a las 09:00 de la mañana sería el de Oreo y su vampiro. ¿Ah, que no lo habéis escuchado? No os preocupéis, bendito Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=qysoNlrzTUw
Pero este, al fin y al cabo es solo un ejemplo (irritante para algunos, agradable para otros) del poder de la música en la publicidad. Puede llegar a ser molesto pero cumple con su función porque ahora, gracias a la canción, sabemos que las Oreo están tan buenas que harían cambiar de opinión hasta un vampiro chupador de sangre… o bueno, al menos eso dice la canción, ¿no?
Sin embargo, también tenemos muchos otros ejemplos que han conseguido colarse en nuestra memoria y convertirse incluso en historia televisiva, ¿o acaso no os acordáis del negrito del África tropical? Un anuncio que tenía su propia canción y que ha conseguido que, más de medio siglo después, ese anuncio siga en la memoria colectiva.
La música al servicio de la publicidad
Sin embargo, estos son ejemplos perfectos de canciones creadas específicamente para los anuncios, pero otra buena forma de llegar al consumidor es a través de canciones conocidas, ya sean clásicos imperecederos o temas de rabiosa actualidad para que, cada vez que los escuchen, les evoquen a nuestra marca. Así pues, conseguimos que la música en la publicidad sea la vía perfecta para llegar a la «patata» del usuario.
Un ejemplo perfecto de esto es la utilización de clásicos del rock en anuncios que a priori, nunca se apropiarían de este estilo musical, como hizo un par de años la marca de ropa de lujo Dior:
https://www.youtube.com/watch?v=aTbG1hG2AFA
Pero, si hay un ejemplo perfecto de la simbiosis de la música en la publicidad fue la campaña llevada a cabo hace varios años por atunes Calvo, donde cogieron un tema de música electrónica de Chimo Bayo y lo transformaron para su comercial, creando una campaña que nos tuvo a todos diciendo: «sacatunn que penn, que summun que tun«.
Así pues, lo que queda claro es que el papel de la música en la publicidad es primordial y haciendo una elección de un tema de forma apropiada podemos conseguir que nuestra marca se despliegue de forma natural. Hemos puesto algunos ejemplos, pero estamos seguros de que nos hemos dejado alguno fuera. ¿Cuáles se te quedaron a ti en la cabeza? ¿Te ha ayudado la publicidad a un grupo de música? ¡Cuéntanoslo y pon unas semillas de conocimiento en nuestro huerto!