Los enemigos de la publicidad en cine

Los enemigos de la publicidad en cine: hype, fenómeno fan y crítica

El otro día estaba navegando por la web y encontré un artículo de Blog de Cine en el que hacían un repaso de las recaudaciones en taquilla de los “blockbusters” del verano, catalogando los principales éxitos y fracasos del momento. Como buen friki cinéfilo que me considero, no pude resistirme a clicar en el enlace. Fue por curiosidad, también por morbo, pero sobre todo para ver si las que yo consideraba que eran las películas del verano habían conseguido triunfar en taquilla.

Los grandes triunfos están compuestos por películas de animación para toda la familia (Buscando a Dory, Mascotas y Angry Birds), los omnipresentes superhéroes (Capitán América: Civil War y Escuadrón Suicida), tan solo dos comedias (Malas Madres y Un Espia y medio) y varias películas de terror (Expediente Warren 2, Nunca apagues la luz y Election: la noche de las bestias).

El éxito de las películas de animación es el más lógico, ya que al ser “para toda la familia”, hablamos de varias entradas a la vez. Por otro lado, el cine de superhéroes está de moda y de ahí que se encuentre en la lista. Para terminar, tanto las comedias como el cine de terror cuentan con presupuestos más cortos, lo que provoca que con pulsar varias teclas correctamente nos encontremos con una buena taquilla.

Sin embargo… ¿y los fracasos? ¿Cuáles han sido los mayores fracasos en taquilla y a qué se han debido?

La viralidad en internet: un arma de doble filo a tener en cuenta

No vamos a hablar de la calidad cinematográfica de estos fracasos (al menos hoy), no solo porque es una actividad compleja y que requiere muchos conocimientos para hablar con propiedad, sino porque la verdadera causa de que un film triunfe o se hunda en la taquilla no es tanto su calidad, sino la promoción que ha venido detrás.

Lo que Internet nos da, Internet nos lo quita. Igual que podemos utilizar la viralidad de la red para promocionar nuestras películas de forma magistral, esa misma cualidad puede ser mortal para nuestra recaudación. Para refutar esta afirmación, he encontrado tres casos diferentes que, desde mi punto de vista, han determinado que estas películas hayan sido un fracaso en taquilla. Voy a hablar en concreto de cuatro de estos filmes: Cazafantasmas; Independece Day: Contraataque y World of Warcraft.

Huelga decir que lo aquí escrito es solo la humilde opinión del que suscribe estas palabras:

El caso del fenómeno fan: De este caso ya hablé en su día, pero toca volver a uno de los temas más recurrentes de la red, la nueva figura del hater, antes también conocido como troll. Cuando se anunció un remake del clásico de ciencia ficción Los Cazafantasmas toda la comunidad amante de esta película se entusiasmó.

El problema llegó cuando anunciaron que el cuarteto protagonista iba a estar encarnado por cuatro mujeres. La avalancha de crítica sinsentido de los fans más acérrimos en Internet se cernió ante la producción llegando incluso a tener el “galardón” de ser el tráiler más odiado de la historia de Youtube. Aunque no ha perdido dinero, y se está hablando de una más que posible secuela, ha quedado como uno de los fracasos más sonados del verano. Y lo peor es que la película es bastante divertida.

El caso de las malas críticas: Malas críticas ha habido toda la vida. Sin embargo, como también comentábamos más arriba, la figura del hater está más presente que nunca en las redes sociales. Personas que utilizan Internet para defenestrar cualquier tipo de película, disco o expresión “cultura”. No seré yo el que critique esta figura, ya que si está enfocado con un toque cómico, me resulta más que divertida. Sin embargo, en los últimos tiempos parece que este personaje de la red ha dejado aparte su lado más cómico (al menos, como yo lo entendía en su día) para ser simplemente destructivo y no aportar nada.

Una tónica que parece haber pasado de los foros de Internet a medios más “serios y especializados” (las comillas son porque ya muchos se consideran medios serios sin saber de qué hablan). El último ejemplo más claro ha sido World of Warcraft, la película dirigida por Duncan Jones habría sido un total fracaso si no llega a acudir en su rescate el mercado chino. ¿La razón? Críticas feroces hacia una película que, a un servidor, le entretuvo moderadamente. Esto se ejemplificó perfectamente en la entrevista realizada por un periodista de la BBC al director en la que atacaba constantemente la película. El realizador, atónito, defendió su trabajo con los mejores argumentos posibles, haciendo que este “crítico” saliese ofuscado y con malos modales del encuentro.

(Os dejo la noticia donde traducen los principales puntos de la entrevista)

El caso del hype: En este caso toca hablar de Independence Day: Contraataque. Para aquellos que no lo sepan, entendemos el hype como exageración, una exaltación desmesurada de las expectativas. La primera parte de esta invasión alienígena supuso para sus perpetradores (esta palabra no está escogida al azar) unos ingresos de 800 millones de euros. Sin embargo, esta entrega no ha llegado casi ni a los 400 millones, aunque ha superado en recaudación su presupuesto y ha obtenido beneficios. A pesar de ello se sigue considerando un fracaso. ¿Por qué?

Bien, algo que la mayoría de veces no se tienen en cuenta son los gastos en publicidad. Esos rara vez suelen salir a la luz y puede incluso llegar a superar la inversión de la propia película. Quizás pienses que no había grandes expectativas de cara a esta secuela de Independence Day pero, oh amigos, el hype funciona en doble sentido. Las expectativas de los productores en las ganancias del film han resultado ser su peor enemigo y ha terminado siendo uno de los mayores fracasos del verano.

Aunque hoy nos hemos colocado en el puesto de los directivos, también ha habido otras víctimas del hype: Batman Vs Superman, Star Wars: El despertar de la fuerza, La cumbre escarlata… son solo algunos ejemplos modernos de películas que prometían mucho más de que lo que luego dieron. En realidad el hype es un arma que no se puede controlar muy bien, ya que son las expectativas de cada persona, pero si se ven alimentadas por una omnipresente campaña publicitaria pueden hacer que las decepciones sean mayores o que muchos posibles consumidores terminen hartos y dedican no ir al cine.

Así pues, ¿cuál es vuestra opinión? ¿Estáis de acuerdo en estos factores? ¿Creéis que hay algo que se me ha escapado? No seas tímido y añade unas semillas de conocimiento con tus comentarios. El huerto de la sabiduría potatera te lo agradecerá

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