Cómo convertir un e-mail de desprecio en tu mejor arma publicitaria

Cómo convertir un e-mail de desprecio en tu mejor arma publicitaria

Puede sonar raro, pero ya en su día el propio Orson Welles dijo eso de: “la única cosa peor que hablen de nosotros, es que no hablen de nosotros”, que llevados a nuestro campo se convertiría en la famosa frase: “la mala publicidad sigue siendo publicidad”. Seguro que es lo que estaba pensando el productor de música electrónica Powell al usar esta inusual estrategia para promocionar la salida de su nuevo single, ‘Insomniac’. Y es que, ni corto ni perezoso, el protagonista en cuestión ha colocado en una valla publicitaria un mail dirigido a su persona por el productor de música Steve Albini, en el que éste último criticaba ferozmente el mundo de la música electrónica, pero me estoy anticipando a los hechos.

Vamos a contextualizar un poco, Powell contactó con Steve Albini porque quería utilizar la voz del productor para una de sus nuevas canciones y el éste accedió a cederle su voz pero aprovechó el mail para despacharse a gusto con la música electrónica. En el mail, Albini soltaba lindezas tales como: “Siempre he detestado la música de baile mecanizada, su estúpida simplicidad, los clubs donde la ponen, la gente que va a esos clubs, las drogas que toman, la mierda de la que hablan, las ropa que visten, las batallas entre ellos…”, y aunque llega a admitir cierto respeto por grupos de la talla de Kraftwerk o White Noise, las declaraciones dejan bien claro los sentimientos que siente ante este tipo de música.

Y es que aunque Steve Albini sea un reputado productor musical que ha trabajado con grupos de la talla de Nirvana, PJ Harvey, los españoles Berri Txarrak o The Stooges, ha sido conocido siempre por ser una persona controvertida y sin pelos en la lengua, y con este e-mail ha quedado claro por enésima vez. Pero lo que resultó aún más impactante es que el propio Oscar Powell usase este correo donde defenestraba la música electrónica como herramienta de promoción, al colgarlo en una valla publicitaria.

El resultado ha sido simplemente un éxito. Aprovechando la ya conocida mala baba de Albini, al poco tiempo de estar instalado el cartel se hizo viral y estaba en la red siendo comentado por medio mundo. Es evidente que la jugada le salió perfecta a Powell pero, ¿hasta qué punto es cierto eso de “la mala publicidad es buena publicidad”? Ya sabemos que hay muchos ejemplos de mala publicidad que ha terminado siendo masiva y teniendo un efecto positivo para la marca, pero hay otros ejemplos en los que esta jugada no ha sido tan beneficiosa para todas las partes. Y si no, que se lo pregunten a Montserrat Caballé y su participación en el anuncio de la Lotería de hace tan solo dos años…

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